La historia que quizás no conocías de los ventiladores de techo

Todavía estamos en primavera, y seguro que todavía quedan días de fresco e incluso de lluvias. Ya se sabe, "hasta el 40 de mayo...". Pero no debemos perder de vista que no queda mucho para que llegue el verano, y nuestra casa ha de estar preparada para que no pasemos más calor del estrictamente necesario.

Por ello, en Kamir acabamos de renovar nuestra colección de ventiladores de techo. Tenemos más de 70 opciones, con precios entre 59 y 595 euros, y con diferentes estilos para que, sea como sea tu casa, encuentres el ventilador perfecto y acorde con tu decoración.

Ahora bien, ¿Sabemos de dónde viene este particular y necesario invento? Vamos a repasar su historia.

Tenemos que viajar hasta 1860, cuando, en Estados Unidos, aparecieron los primeros ventiladores de techo. En aquel entonces, funcionaban con agua, que impulsaba una turbia que movía las aspas del ventilador.

Ya en 1881 Philip Diehl inventó la versión eléctrica del ventilador de techo, adaptando el motor que se usaba en las máquinas de coser. El invento se hizo tan popular, que pronto surgieron nuevas empresas que ofrecían el mismo producto. Así, y para diferenciarse de la competencia, el propio Diehl introdujo la iluminación en el ventilador.

A pesar de la enorme popularidad que consiguió el producto, la Gran Depresión de los años 30 hizo que su uso en Estados Unidos descendiera considerablemente. Pero en el resto del mundo sí que se mantuvo el consumo, hasta el punto de que en los años 60 llegaron los primeros productores asiáticos.

Se puede decir que el ventilador de techo vivió una época dorada que duró hasta los años 90, cuando el aire acondicionado llegó a nuestras vidas por la bajada de su precio.

Pero tranquilos, porque por suerte para nosotros, amantes de lo vintage, en los últimos años se ha reiventado la fabricación de ventiladores de techo, ofreciendo nuevos modelos, con diferentes estéticas y siempre cuidando la calidad del producto final.